¿Cómo elijo la mejor caldera de gas?
A continuación te especificamos las pautas para una elección óptima de la caldera de gas.
Seleccionar la caldera que mejor se adapte a tus necesidades particulares. Cada situación es distinta, por eso dependiendo de cada caso en particular podemos optar por calderas estándar o de condensación, potencia o posibles subvenciones entre otras variables.
Eficiencia energética y rendimiento de la caldera. Las calderas de gas ofrecen un rendimiento del 100% y, como posteriormente te mostramos, existen diferentes modelos de calderas con una gran eficiencia energética.
Potencia energética necesaria. Como se ha mencionado anteriormente, cada caso es distinto y las necesidades de potencia de cada persona pueden ser diferentes, aunque siempre buscaremos la máxima eficiencia energética. En relación a esta eficiencia energética, debemos tener en cuenta que las calderas con una potencia superior a 70 kW vienen acompañadas de una etiqueta energética que tiene que aparecer por ley.
El mantenimiento en estas calderas con potencia igual o superior a 70 kw, se realizará cada dos años al pasar una revisión técnica obligada por ley. Esta revisión tiene que realizarla una empresa homologada para ello como Abengas.
¿Por qué elegir una caldera de gas?
Si comparamos con las calderas de gas con otro tipo de dispositivos, estas salen ganando por todas las ventajas que nos aportan.
Como hemos mencionado anteriormente, desde Abengas apostamos por la sostenibilidad, pues bien, el gas es un combustible que se extrae directamente de la naturaleza y poco contaminante en comparación con otros combustibles. Su composición química no ha sido alterada de manera significativa.
Su rendimiento y eficiencia energética es mayor que al de otros tipos de combustibles por lo que supone un ahorro en la factura mensual.
Mayor seguridad y confort. Ofrecen una mayor seguridad, ya que por ley, es obligatorio realizar un mantenimiento preventivo y regular. Por otro lado, funcionan sin paradas, sin encendidos o apagados por lo que la contaminación acústica es menor, proporcionando una mayor comodidad en casa.
Tipos de caldearas de gas
Calderas de gas estancas. Destacan por tener la cámara de combustión de forma sellada, lo que hace que no consuman oxígeno dentro de la caldera como tal y son bastante seguras en cuanto a su funcionamiento. De hecho, esto es así debido a que el aire no contacta con los gases que se producen durante la combustión.
La cámara donde se ejecuta dicho proceso es una cámara hermética con dos tubos, por los cuales se absorbe el aire exterior y se extraen los gases tóxicos hasta eliminarlos por la tubería de ventilación.
Calderas de gas de bajo NOX. También son estancas, aunque la principal diferencia reside en su sistema, puesto que es bastante similar al de las calderas de condensación; ello deriva en un bajo índice de emisión de NOX (óxido de nitrógeno u óxido nítrico).
Estas calderas tienen incorporado un diseño especial en el sistema de combustión y al reducir estos gases contaminantes se cumple con la normativa ambiental. Como sucede con las instalaciones estancas, usan el aire exterior y el quemador queda refrigerado por el circuito de agua, de ahí que la temperatura de los humos se reduzca y, por tanto, los gases emitidos y la contaminación como tal.
Calderas de gas atmosféricas. Son unos aparatos en los que la cámara de combustión se encuentra abierta y el aire usado está en el mismo lugar de la caldera, por lo que son menos eficientes y más contaminantes. De hecho, estas calderas apenas se instalan ya en Europa debido a la prohibición de usar aparatos contaminantes. Es más, los gases de combustión de estas calderas solían quedarse en el aire de las viviendas, lo cual es un motivo de peso para que hayan dejado de usarse.
Calderas de gas de condensación. Estas calderas también se encuentran dentro de la categoría de estancas, aunque cuentan con la ventaja de la reutilización de la energía que se genera por el vapor de agua durante la combustión de gas. Este sistema fue tan novedoso que llegó a incluirse en la normativa europea, en 2015, estableció que fuesen las únicas cuya instalación esté permitida en las viviendas. Además, su rendimiento es mayor en comparación con el de otras calderas de gas. A su vez, destacan por ofrecer mayor ahorro de energía y de costes en general, así como mejor producción de agua caliente y sistemas de calefacción. Esto se ha logrado gracias a que la cámara estanca enfría los gases tanto que la temperatura alcanza los 200 grados y así puede aprovecharse más la energía. De este modo, al enfriarse tanto el dióxido de carbono, lo que sale al exterior es vapor de agua, mucho menos contaminante que los gases de otras calderas.